Yo conozco a varias personas que se atribuyen la idea original de crear la Senda del Oso; buena prueba del acierto que supuso, puesto que como es sabido, en éste país de pícaros suele ocurrir que todos se apuntan al éxito (caballo ganador) y nadie sabe nada de los fracasos.

Lo cierto es, que en el año 1995 se inauguró la Senda del Oso, con los auspicios del Gobierno Regional y la Mancomunidad de los cuatro Ayuntamientos que forman la comarca de los Valles del Oso.  Y en un proceso de crecimiento constante y progresivo, aunque a mí siempre me pareció extremadamente lento, fue transformando paulatinamente la Comarca, e incluso la conciencia de sus habitantes (no hace tanto tiempo, que cualquier oso era considerado por todos, como un enemigo a abatir, a causa de los daños que ocasionaba a los intereses del vecindario) hasta la situación actual; donde se vuelven abrir negocios que generan nuevamente empleo y, que vista con cierta perspectiva ya cuesta trabajo reconocer la situación anterior. Algo muy similar a lo ocurrido en el vecino Concejo de Somiedo, cuando fue declarado Parque Natural.

Alquiler bicicleta en la senda del Oso en Otoño - Oso Goloso

Al año siguiente, en 1996 la Senda del Oso recibió un nuevo impulso con la llegada de Paca y Tola, dos osas que eran los únicos ejemplares de oso pardo cantábrico genéticamente puro en cautividad, que existían en España. Y para ellas se habilitó un cercado de seis hectáreas, en un monte cercano a Proaza; donde vivían a sus anchas en estado de semi-libertad. Ahora están en un vallado cercano y es la osa Molina la inquilina del cercado de Fernanchín

Unos años antes, cuando eran recién nacidas, habían sido entregadas al SEPRONA, por un cazador que a su vez las había rescatado, después de que otros cazadores hubieran matado a su madre.

Es verdad que la Senda del Oso discurre por parajes idílicos; atravesando unos 30 túneles (iluminados) y puentes sobre aguas cristalinas y llenas de vida (antaño negras por el lavado del carbón) donde iremos viendo pasar ante nuestros ojos, la práctica totalidad de los más llamativos elementos que la naturaleza y la cultura tradicional asturiana, ponen a nuestro alcance.

El antiguo ferrocarril, se ha rehabilitado como calzada cicloturista, con una pendiente media del 1 %, es decir, prácticamente llano, que discurre por el fondo de los Valles del Oso y tiene continuidad a través de La Senda Verde y por el municipio de Oviedo, hasta la propia Capital. Tiene una cota mínima de 50 m. sobre el nivel del mar, pero rodeado de un sinfín de escarpadas montañas. Con estas condiciones se dan todas las circunstancias, temperatura, humedad, etc., para que la vegetación sea exuberante y variada; aquí, crecen las palmeras, naranjos, limoneros; al lado de las encinas, robles, castaños, nogales, avellanos, abedules, tilos, madroños, álamos, alisos, fresnos, acebos, manzanos, cerezos, etc.; en una palabra, toda la flora que nos podamos imaginar.

Con una vegetación tan abundante, creciendo en las laderas de unas montañas tan empinadas, con un censo poblacional bajísimo, que permite que existan zonas donde hace años que no pasa una persona, y todos los frutos de los árboles sin recoger, castañas, bellotas, avellanas, cerezas, nueces, manzanas, madroños, arándanos y un largo etc,; no es extraño, que la fauna se haya multiplicado espectacularmente. Por aquí, deambulan los osos en libertad, criando sin apenas necesidad de hibernación, igual que las nutrias, corzos, rebeco, jabalíes, venados, lobos, zorros, ardillas, urogallos, garzas reales, alimoches, cormoranes, buitres, águilas, perdices, patos, etc. etc. En los ríos se encuentran truchas, salmones, reos, mirlo acuático, martín pescador, desmán ibérico; en una palabra, naturaleza en estado puro.

Cualquier amante del medio ambiente, ligeramente observador, si se mueve por la senda con  un poco de discreción, tiene muchas oportunidades de observar algún animal salvaje, sin olvidarnos de la obligada visita al cercado Osero, para visitar a Paca, Tola, Furaco y Molina.

La Senda del Oso en bicicleta, es la manera perfecta de disfrutarla al máximo, puesto que permite recorrer en unas horas las partes más interesantes de la misma, practicando un deporte que apenas requiere esfuerzo, por un entorno de naturaleza desbordante. Prueba de ello, es el elevado número de empresas de alquiler, que se han instalado.